miércoles, 23 de enero de 2008

Ser Pareja y no morir en el intento

Entrar y salir del amor, atravesar el caos, volver a la calma. Poder hablar sin herir, cambiar, renovarnos. Poder sentir el amor acolchonándonos y por momentos saber que es una batalla sagrada, donde nos vamos puliendo. Cuentan que un maestro lijaba el piso para que sus alumnos no se lastimaran sus pies. ¿Seriamos capaz de hacer lo mismo por nuestra pareja?
Centrarnos en el corazón y desde ahí partir, dejar la critica, ver como podemos solucionarlo. Dejo de pensar en los defectos del otro, resalto las cosas que me enamoraron, siento que la vida esta hecha de momentos, que hay diferentes realidades, acepto si me equivoco, perdono si se equivocan, borro yo no fui, siento responsabilidad por los hechos.
Sin culpa, sabiendo negociar las cosas que considero importantes y desentendiéndome de las intrascendentes.
Escuchar mas allá de lo que dicen, el que rezonga tiene enojos, cosas que se guardan y aparecen desde otro lugar, detenernos para lograr escucharnos nosotros y nuestras quejas.
Que cosas me molestan de mí y no me doy cuenta, en realidad es tomar un tiempo para reflexionar.
Me enamoro, me fascino, después te conozco tanto, se como vas a reaccionar frente a las cosas, se quien sos, entonces comienzo a aburrirme, fantaseo con otra gente, en realidad me estoy aburriendo de mi, no logro verme como esta completud que soy, quiero como los chicos, jugar con otros juguetes.
Se trata de inventar juegos, pero entre vos y yo, para seguir juntos en esta maravilla que es la pareja. Y cuando hablo de amor, hablo de la pareja sagrada.
Esto es vernos en toda nuestra dimensión, sentir que vamos creando nuestra pareja, así como la vida, en donde lo importante hay que decirlo. DECIR LO QUE IMPORTA,
Pensar en el cuidado del otro, amarlo mas allá de las dificultades

miércoles, 16 de enero de 2008

juan y ana

Les cuento una historia, de Juan y Ana, que se casaron muy enamorados, armaron su familia, los chicos fueron creciendo y ellos se fueron alejando, se quedaron solos en la casa y Elena se quejaba, Juan es aburrido, no se mueve, yo hago todo.
Juan iba a ver a sus hijos y nietos, hacia las compras, pagaba la señora de la limpieza, sacaba entradas para algún espectáculo, salía con sus nietos y en general no rezongaba, desde mi mirada tenía miedo de estar solo, Elena rezongaba, detrás del rezongo yo siento que pasando los 63 años si uno no hizo las cosas desde el alma se va frustrando, todo le parece mal, pone la culpa en el otro porque es mas fácil y se acostumbra a la queja, eso por un rato alivia. Antes las mujeres postergaban muchas cosas por la familia y después se veían grandes para estudiar o aprender. Ahora es diferente la edad no es obstáculo para el aprendizaje.
Elena se queda viuda y entonces se da cuenta de todas las cosas que hacía Juan, recién ahí nota ese espacio vacío, los chicos no van porque uno quiere tener lejos las quejas y después de un tiempo la ponen en un geriátrico.
Esta pareja se convirtió en un carrito chino, alguien que lleva el peso y el otro descansa, pero no se da cuenta hasta que el carrito deja de funcionar.
Seguramente si hubieran consultado hay ejercicios prácticos para hacer, todo tiene una solución solo hay que plantearse que vale la pena ir haciendo cambios en las parejas.
Darse tiempo para tomar un cafecito en un lindo lugar, dar espacio para la charla fuera del hogar, en realidad reavivar la comunicación, crear espacios para la pareja hace la diferencia.
El pensar que vale la pena apostar a enriquecer la vida juntos, eso es algo que suma para ambos.

martes, 15 de enero de 2008

Dar las gracias

A veces esto que parece tan simple, esta en desuso. Vivimos con nuestra pareja y nos olvidamos de esto... agradecer.
Desde el corazón, sintiendo lo bueno del compartir, mas allá de los inconvenientes, tambien porque no de la rutina. Por algo nos elegimos, ojo que algunos dicen... no nos une el amor sino el espanto. Hablo de amor, el de todos los días, el de la cara con sueño, el pelearse por el baño, el comer una tostada medio quemada para dejarle la blanquita al otro, el postergar a veces para unirnos luego. Hablo de compromiso, sostener, a veces uno, a veces el otro, negociar, sincerarnos.
Mas allá de los desencuentros, el encuentro con uno mismo y luego eso da paso a retomar con bríos una nueva vuelta.
Aprender a valorar lo que tenemos
Dicen que un viajero encontró un pastor y le dijo
_Que tiempo hará hoy?
_Hará un hermoso día como a mí me gustan.
_Y como sabes que hará el tiempo que a ti te gusta?
_ Muy sencillo dijo el pastor_dado que he descubierto que no siempre puedo tener aquello que a mí me gusta, he aprendido a que me guste y a estar agradecido por lo que recibo. Por este motivo, seguro que tendré el DIA que a mí me gusta.
Estoy agradeciéndote, por lo tanto te valoro, te amo, estoy siendo generoso.
Sin obligarme, lo siento como parte del camino es como sumar, la atención, el apreciar, la alegría, la satisfacción, sumar no restar.
Te estoy agradeciendo y no pido nada a cambio, es poner en marcha la ternura, la caricia en palabras y seguir juntos hermoseando nuestra vida.